Description
Una luna inmensa y deforme, calabaza de luz, vientre desnudo de un niño de fuego, asomaba por encima de los techos cercanos. Carmen Rosa enrumbó finalmente sus pasos hacia “La Espuela de Plata”, donde la esperaba doña Carmelita rezando su rosario y estremecida de vejez y de temores. Al pie de un farol jugaban cuatro muchachos: un negrito descalzo, el hijo rubio de un perforador americano, un chinito de la lavandería y Lucas Tadeo, el menor de la catira Hortensia
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